CHRISTCHURCH, NUEVA ZELANDA. Los globos
que Google lanzó esta semana desde un paraje helado de la isla sur de
Nueva Zelanda se veían arrugados y flácidos al principio, pero se fueron
poniendo rígidos conforme ascendían por el azul cielo invernal sobre el
lago Tekapo, y pasaron la primera gran prueba de una meta más elevada:
llevar acceso a internet al planeta entero.
Fue la culminación de una labor de 18
meses de lo que Google denominó Proyecto Loon (Lunático), un
reconocimiento de lo disparatado de la idea. Desarrollado en el mismo
laboratorio secreto que produjo el auto de conducción automática y las
gafas para navegar por internet, los aeróstatos rellenos de helio
transmiten contenido de internet a tierra a su paso.
Aun en su etapa experimental, los globos
fueron los primeros de miles que Google espera lanzar a una altitud de
20 kilómetros (12 millas) con el fin de cerrar la brecha digital entre
los 4.800 millones de personas que carecen de conexión a internet y sus
2.200 millones de contrapartes online.
De resultar exitosa, la tecnología podría
permitir a algunos países evitar el gasto de instalar cableado de fibra
óptica, e incrementaría el uso de internet en lugares como Africa y el
sudeste asiático.